Entre páginas

  "El secreto está en admitir tus errores, quedarte con lo que necesitas de ellos y pasar de página."   Regreso al blog con este libro, el cual me hace mucha ilusión reseñar por lo conmovedor y brillante de su prosa, y también porque fue escrito por una de mis autoras preferidas. Sin más preámbulos, ¡comencemos!  En esta oportunidad conocemos a Sam, una adolescente en apariencia común y corriente que disfruta de la natación y salir con sus amigas. Pero, muy en el fondo, nuestra protagonista esconde un secreto: sufre de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y siente que vive en una constante mentira. Más allá de su familia, nadie conoce o sospecha siquiera que Sam atraviesa este trastorno absorbente que consume todas sus energías y la envuelve en un sinfín de dificultades.   Sumado a esta carga personal que la acompaña a todas horas, comienzan a surgir problemas en su grupo de amigas que no solo añaden preocupación a su persona sino que acrecientan sus crisis de ansiedad. Hasta

  "Todo tiene siempre lados y ángulos y muchas más partes que no se ven. Nada es lo que parece."    Corre el año 1818 en Ginebra, y hay personas reconstruidas con engranajes y piezas de metal. Desdeñadas por la sociedad, se encuentran bajo el cuidado de mecánicos ilegales conocidos como Aprendices de Sombras. Uno de estos últimos, envalentonado  por su increíble habilidad y desesperado por recuperar a su hermano fallecido, lleva a cabo una locura descomunal: logra que Oliver vuelva a la vida.  Pero al ver culminada su obra, Alasdair se arrepiente al instante de su acciones. Oliver ha regresado más monstruo que humano y es incapaz de reconocer buena parte de su pasado, de manera que decide mantenerlo oculto y apartado de la sociedad. Como si la relación entre los hermanos no fuese lo suficientemente complicada, la publicación de Frankenstein refuerza la persecución de los Aprendices de Sombras, en un esfuerzo por descubrir al doctor y al monstruo que inspiraron el libro.  A

  ¡Bienvenidos nuevamente! Espero que estén disfrutando sus vacaciones. Hoy les traigo otras cinco fantásticas lecturas para acompañar su descanso. ¡Comencemos! ~✿~ En esta oportunidad he decido traer al blog dos de mis clásicos favoritos: Drácula y La tempestad. "Aprendemos de los fracasos; no de los éxitos."     Drácula  es una novela de terror gótico fascinante, colmada de giros inesperados y sustos que acechan página tras página. La historia parece tener vida propia, y hasta el día de hoy no he encontrado otra obra de vampiros que esté a la altura de la prosa vibrante de Stoker.  Uno de los tantos elementos que adoré de esta novela fue la forma en la que se encuentra narrada. Es como si fuese una recopilación de todos los diarios, cartas y telegramas que intercambian los personajes durante el transcurso de la historia. De manera que la lectura es dinámica, fresca y sumamente entretenida.  Además, no solo disfrutamos de la reconocida leyenda del vampiro más poderoso de tod

  "¡Dios mío! No voy a ser una de esas personas que se sientan y hablan de lo que van a hacer. Simplemente voy a hacerlas. El futuro es un tipo de nostalgia."  Buscando a Alaska es una novela juvenil preciosa, cargada de reflexiones profundas y sumamente realistas acerca de quiénes somos, porqué somos y a dónde vamos.  En esta oportunidad conocemos a Miles, un adolescente retraído y marginado que se ha hartado de su monótona y predecible existencia. Bajo esa perspectiva, decide mudarse a Alabama y terminar sus estudios en el internado Culver Creek. Una vez allí, y guiado por las últimas palabras del escritor François Rabelais -"Voy en busca de un Gran Quizás"- comienza la búsqueda de su propia identidad.  En el tortuoso camino que acaba de iniciar lo acompañan tres personajes muy particulares: Chip (alias "El Coronel"), Takumi y la enigmática Alaska. Estos últimos serán no solo sus compañeros de travesuras sino también sus amigos del alma en las dificultad

  "Ella era un alma que valía la pena proteger. Un alma que merecía que le importara. Un alma a la que quería entregarle un trocito de sí mismo."   "El barquero de almas" es la primera entrega de una trilogía y, sin duda alguna, una de las mejores lecturas que he tenido la oportunidad de disfrutar.  En esta ocasión, conocemos a Dylan, quien ha escapado ilesa de un terrible accidente ferroviario. O al menos eso piensa mientras camina entre los escombros, intentando alcanzar la salida del tétrico túnel en el que se encuentra.   Pero al escapar del claustrofóbico escenario descubre que no se encuentra en las afueras de Escocia, sino en "El Páramo", una suerte de limbo personal que debe atravesar si desea obtener la vida eterna. Y un extraño, con ojos azul cobalto, está esperándola. Es Tristan , su barquero, guía espiritual, protector en la odisea que se avecina.  La conexión entre ambos sucede en un chispazo. Estalla de forma inevitable e innegable, pero las