"Hasta la última palabra" - Tamara Ireland Stone

 

"El secreto está en admitir tus errores, quedarte con lo que necesitas de ellos y pasar de página."

 Regreso al blog con este libro, el cual me hace mucha ilusión reseñar por lo conmovedor y brillante de su prosa, y también porque fue escrito por una de mis autoras preferidas. Sin más preámbulos, ¡comencemos!

 En esta oportunidad conocemos a Sam, una adolescente en apariencia común y corriente que disfruta de la natación y salir con sus amigas. Pero, muy en el fondo, nuestra protagonista esconde un secreto: sufre de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y siente que vive en una constante mentira. Más allá de su familia, nadie conoce o sospecha siquiera que Sam atraviesa este trastorno absorbente que consume todas sus energías y la envuelve en un sinfín de dificultades. 

 Sumado a esta carga personal que la acompaña a todas horas, comienzan a surgir problemas en su grupo de amigas que no solo añaden preocupación a su persona sino que acrecientan sus crisis de ansiedad. Hasta que un día, por una feliz casualidad, conoce a Caroline, una particular compañera de colegio que le asegura que cambiará su vida si se atreve a seguirla. Intrigada, Sam decide ir tras ella y descubre un club secreto de poesía. 

 Antes de poder comprenderlo del todo, se ve involucrada por completo en la magia de ese pequeño refugio y las entrañables personas que lo frecuentan. Una trémula pero persistente esperanza se enciende en Sam: ¿será que por fin podrá liberarse de sus opresivos pensamientos e inseguridades?

"Solo te estoy recordando que debes aceptar quién eres y rodearte de personas que hagan lo mismo."

 He disfrutado tanto esta novela que ni siquiera estoy muy segura de cómo empezar a reseñarla. Creo que una buena forma de hacerlo es hablar brevemente sobre la autora. Conocí a Tamara Ireland Stone en su bilogía El tiempo entre nosotros y simplemente me enamoré de su magnética prosa. Es fresca, divertida, delicadamente poética y colmada de referencias a bandas de música y artistas quizás no tan conocidos pero en extremo talentosos. Esto último da la impresión de que sus libros tienen banda sonora propia y me encanta porque añade la experiencia auditiva a la lectura. Más de una vez me detuve a buscar la banda o artista que mencionaba para compenetrarme en la historia, y les aseguro que es una experiencia inigualable.

 Dado todo lo anterior, se convirtió en una de mis autoras favoritas y hace no mucho descubrí que había publicado este maravilloso libro. Fue precioso reencontrarme con su prosa, pero aún más espectacular fue descubrir otra novela emotiva y llena de reflexiones que se instaló para siempre en mi corazón.

 Hasta la última palabra es una lectura inolvidable por muchas razones, pero creo que brilla especialmente por el tema que trata con tanto miramiento y responsabilidad: el TOC. De manera muy cuidada y fundamentada, la autora explora las implicancias de este trastorno a través de Sam. Creo que esto es muy valiente de su parte, porque hoy en día seguimos sin reconocer que las enfermedades que se relacionan con la salud mental tienen la misma validez que aquellas que aquejan nuestro cuerpo en un aspecto más bien físico.  Existe, hoy, en pleno siglo XXI, una suerte de tabú alrededor de estos trastornos que solo da lugar a la discriminación, los malos entendidos y, en definitiva, la falta de empatía y comprensión. De forma que admiro y celebro la manera en que la escritora describe y universaliza a través de su obra en qué consiste el Trastorno Obsesivo Compulsivo, porque no solo logra que se visualice sino que también da el pie para conversarlo, investigarlo y, en cierta forma, normalizarlo.

"Las crisis de ansiedad son como terremotos. Siempre me siento aliviada cuando la tierra deja de temblar, pero sé que siempre habrá otra, y otra más."

  Por otro lado, es una lectura que me sorprendió muchísimo por su carácter impredecible y su emotividad. Lo cierto es que no esperaba tanta profundidad y complejidad cuando leía las primeras páginas, pero antes de siquiera darme cuenta me sentía muy identificada con lo que Sam e incluso otros personajes experimentaban. Esto ocurre porque la autora ha logrado representar a la perfección lo que significa ser adolescente realmente, sin caer en clichés o construcciones estereotipadas. 

 Otro elemento que disfruté muchísimo y que, de hecho, es mi aspecto favorito de la novela es la importancia que esta obra otorga a nuestra capacidad de expresar lo que sentimos a través de la escritura. Puntualmente, como escribir puede salvarnos del ahogamiento que nuestros propios pensamientos son capaces de generar e impulsarnos a salir adelante. En definitiva, plantea que la palabra escrita es un medio de escape sano y hermoso, y no puedo estar más de acuerdo con esa concepción.

  En estrecha relación con lo anterior se suman a su vez los bellísimos y diversos poemas que colman la narración. Cada uno es un tesoro a su manera y debo admitir que me hicieron lagrimear en más de una ocasión.

 El desenvolvimiento de los personajes, tanto protagonistas como secundarios es otro punto a favor para esta novela. Todas las historias importan, incluso aquellas que funcionan fuera del plano principal.

"Me estás pidiendo que no piense -replico con una carcajada- Lo único que hago es pensar. Todo el tiempo."

   Llegando al cierre de la reseña de hoy, me gustaría expresar que Hasta la última palabra además de ser una novela maravillosa por todo lo que describí anteriormente, también es insuperable por su incansable forma de resaltar los valores de la empatía, la capacidad de perdonar (y perdonarnos) y la honestidad, tanto con los demás como con nosotros mismos.

 En conclusión, se trata de una novela realista pero increíblemente esperanzadora y profunda, imposible de soltar una vez que se ha comenzado su lectura e imperdible por su singular desarrollo. De más está decir que la recomiendo infinitamente.

~~~

¡Muchas gracias por leerme! Hasta la próxima reseña y ¡feliz finde!