"Harry Potter y la piedra filosofal" - J.K Rowling

 




"Al fin y al cabo, para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura."




  La historia de "el niño que sobrevivió"  es más que mundialmente conocida, ya que se ha transformado en un clásico de la literatura y el cine desde que vio la luz por primera vez en 1997.  A partir de entonces, y durante casi tres décadas, la crónica de magia más sorprendente de todos los tiempos nos ha acompañado, generación tras generación.



 Es por este motivo que no voy a detenerme en redactar una sinopsis exhaustiva de la lectura o en exponer de qué va la saga, porque creo que todos conocemos la entrañable aventura de Harry Potter. Pero me encuentro ansiosa por comentarles qué me ha parecido esta primera entrega, porque se ha convertido en un total redescubrimiento de la historia e incluso de algunos personajes.


 Particularmente, me consideraba una fanática de el maravilloso universo creado por J.K Rowling, ya que crecí viendo las películas de Harry Potter. Pero hace un par de años comenzó a dar vueltas por mi mente el hecho de que no había leído ninguno sus libros. ¿Cómo podía realmente considerarme una fanática si no conocía la versión literaria de la historia?


 Con aquella pregunta acusadora instalada en mi cabeza, decidí que debía empezar a leer la saga. Me obsequiaron el primer libro y lo cierto es que aplacé su lectura más de lo que debería. Secretamente temía que no pudiera conectarme con la historia, que no me gustase o que me llevase a la decepción. Finalmente, este año terminé el libro y ¡Dios, que infundados eran mis temores!


 Disfruté la lectura como si me encontrara con la historia de Harry por primera vez, casi como si no hubiera visto su correspondiente película hasta el hartazgo. El film le hace justicia al libro de una manera espectacular, de forma que pocas cosas varían, y si lo hacen no es algo excesivamente distinto a lo que ocurre en el mismo. La sensación en general era como ver la peli pero con detalles impensados y una lógica narrativa muchísimo más entretenida tendiente a la comedia.





"La verdad es una cosa terrible y hermosa, y por lo tanto debe ser tratada con gran cuidado."




 La prosa de J.K Rowling es cuanto menos vibrante y colmada de genialidades. Imprime en la lectura una mezcla de humor infantil y reflexiones profundas, como si quisiera que su historia llegase a cualquier persona independientemente de su edad. Resulta prácticamente imposible no reírse entre líneas o llegar a conmoverse hasta lo más íntimo, ya que combina a la perfección momentos cargados de tensión con otros más descomprensivos o inclinados hacia la deliberación intensa de un tema en particular. Es sencillamente impresionante.


 En cuanto a los personajes -si bien en el film se encuentran maravillosamente representados- resultan muchísimo más atractivos en su versión literaria, ya sea porque descubrimos un gesto o manera de hablar que no se encontraba tan claramente ilustrado en la película o porque se revelan formas de actuar que no se volcaron en el cine. Esto último se vuelve expresamente visible con un personaje en particular: Dumbledore. 








 En el libro, este personaje es un alma joven atrapada en el cuerpo de un entrañable ancianito. Realmente parece un niño en muchos aspectos, aunque nunca pierde el ilimitado -y muchas veces complejo- entendimiento que posee del mundo que lo rodea. Sus formas de hablar y actuar son suaves e incluso un tanto cómicas. Considero que Richard Harris - quien intrepretó a Dumbledore en las dos primeras entregas cinemátograficas- fue el actor que más se acercó a la arquitectura del personaje ideada por J.K Rowling. No es mi intención desmerecer el trabajo realizado por Michael Gambon -quien sustituyó el lugar del primer actor mencionado- porque realizó un trabajo excelente trayendo a la vida al legendario mago, pero siento que no se apegó tanto a la imagen que tenemos de Dumbledore al leer la versión literaria. Probablemente, porque quiso retratar su propio toque personal, lo cual es válido y sumamente admirable, aunque no deja de generar un pequeño malestar al momento de leer el libro, porque se entrecruzan la personalidad cinematográfica con la literaria. Es como si tuviésemos que elegir entre una u otra, y luchar con esta dicotomía puede no resultar del todo agradable. 




"Usa siempre el nombre correcto de las cosas. El miedo a un nombre aumenta el miedo a la cosa que se nombra."



 Acercándonos ya al cierre de la reseña del día de hoy, me gustaría expresar que me encuentro maravillada con la novela y que, de hecho, planeo continuar con la lectura de toda la saga. Es una historia inolvidable e inigualable en todo sentido. No puedo creer que temiera que no me gustase. 


 Por tanto, concluyo la reseña haciendo hincapié en que esto último (mis miedos infundados) me han enseñado a abordar, de ahora en más, las lecturas que fueron llevadas al cine con una expectativa neutral, permitiendo que el libro me sorprenda o conmueva por sí solo, sin otorgarle antes de tiempo juicios de valor basados en la película. Dicho esto - y si no lo han leído por miedo a la decepción o cualquier otro motivo-  les recomiendo "Harry Potter y la Piedra Filosofal" una y mil veces más. ¡No se van a arrepentir!




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¡Muchas gracias por leerme! Hasta la próxima y ¡feliz finde!




Comentarios

  1. Hola Claudia!!! Siempre me sorprenden tus reseñas con esa chispita de sabiduría y entusiasmo que transmitís en tus valoraciones y comentarios respecto de una obra, y en ésta, en particular, contagias la admiración hasta el fanatismo por Harry Potter. Gracias tu generosidad y compartir tu análisis literario que siempre es tan enriquecedor... sos admirable!!! Te sigo leyendo... Cariños!!!

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